Sólo recuerdo que estaba perdida y te busqué. Pero no conocía tu rostro, y tampoco tu forma, ni tu sonrisa. Y visité muchos sofás, y muchas clavículas, pero es que tu alcoba era la única que tenía respuestas, y tú me dijiste que podía coger las que quisiera. Y eso hice.
Y sólo recuerdo que más tarde no supe qué hacer con ellas, y te las quise devolver. “Son tuyas”, dijiste, como con miedo a tener que volver a hacerte cargo de ellas.
Y yo estaba allí buscándote, porque tú no eras tú, y yo no era yo, y parecía que sólo sabíamos existir en pasado. Y me preguntaba si tus respuestas eran reales o eran consuelo, y supe que nunca lo sabría.
Joder.....
ResponderEliminarsigo leyéndote porque me está gustando todo lo que veo por aquí
Muchas gracias, de verdad, siempre sube al ánimo que la gente se pase, comente, y además le guste lo que escribo.
ResponderEliminar