sábado, noviembre 24

Azoteas.

Azoteas. Azoteas vacías. Azoteas que ya no recuerdan tu cuerpo sobre el mío. 
"Te dejaste el café en la azotea." Allí está bien, mejor sin mí, sin ti. Quizá así no se enfríe. Ya no es nuestro, créeme. Ya no estamos allí. 

Mis manos ya no escriben, ni hablan. Pero piensan. Joder si piensan. Y cómo duele, cómo desgarra. 

Estaba tan escondida que ni siquiera vio la luna. "Una pena". Pena. Sí. Una pena. Entre susurros. No susurres. No a mi.

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