jueves, enero 31

A mi es que me enamoras en cada fruncimiento de ceño.

A ver cómo te lo explico. Que consigues romperme las comisuras cada vez que me sonríes y niegas con la cabeza, y las muñecas cada vez que no consigo rodear tus caderas.

Y yo sé que es difícil apostar y seguir, porque a veces pasa, y otras pesa. Pero es que esos ojos se merecen algo más que vivir a destiempo. Y esas manos se merecen algo más que acariciar corduras.

Que yo no voy a darte calor, que eso te lo puede dar cualquiera. Yo voy a helarte, que eso sólo puedo hacerlo yo. Y luego te derrito. Y te fundes en mí. Y nos fundimos. 

miércoles, enero 9

Porque eso era lo que buscaba todo el mundo.

Supongo que cada persona tiene su forma de comprenderlo, su momento de lucidez. Mi momento fue de madrugada, quizá un sábado, un lunes, o una mezcla de ambos. Sólo recuerdo que debían ser las 06:10, que me miré al espejo y tenía los labios rotos y eso bastó para comprender lo demás. Entonces sonreí y se agrietaron aún más, y con cada sonrisa no podían dejar de romperse. Y lo entendí. Recordé la esponja de incertidumbre posándose en mi garganta y absorbiendo sonrisas y lágrimas, paralizándome, blanqueando mi cerebro. Recordé mis brazos temblando y mi corazón buscando traspasar mi pecho y clavarse en el tuyo, y hacerte sangrar. Y eso era lo que más quería, lo que más buscaba; hacerte sangrar.

Aún notaba cada beso en la textura de mis labios, en cada cicatriz. Y tú no habías parado hasta desgarrarlos y tener el poder de reconstruirlos. Porque eso era lo más importante. Porque eso era lo que buscaba todo el mundo. 

jueves, enero 3

De sus labios.

"Lo peor de ser adicta al Whisky es saber que dentro de un tiempo no bastarán cinco copas para enmudecer mi corazón. Que necesitaré una botella para quemar mi garganta, para hacerla sangrar. Y sé que cuando eso pase, tú no podrás cargar con ese peso. Tus brazos no soportarán llevarme a la cama borracha y permanecer a mi lado cuando la resaca hiele mi corazón horas más tarde".