sábado, febrero 22

A veces las cosas suelen ser lo que parecen.

Apuramos sonrisas
y seguimos creyendo
que algunas miradas
aún nos devuelven lo que queremos ver.


Pero también es cierto
que esto podría ser su cuerpo
y que nunca he vuelto a temblar tanto
como ese día
en el que me desnudó
con la ropa puesta
y las ganas escondidas
bajo la cama.


Que le he visto correrse
sin bajar la guardia
y vestirse
despacio
y no volver a llamar.


Que hablar entre líneas
también es follarle.


Lo bonito de que no venga
es que no tendrá
que irse después.
Pero ojalá viniera sólo a despedirse.
Y que morir de frío
sea nuestra mejor opción.


Me meto en la cama como quien se traga su orgullo.


Mañana
volverá a ser Domingo
y yo volveré a despertar
con resaca
demasiado tarde
y espero que sonrías.
Porque cuando sonríes
estás bonita.
Y no es un cumplido.
Es un consuelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario