jueves, abril 18

No recuerdo nada, excepto a ti.

Sólo recuerdo que estaba perdida y te busqué. Pero no conocía tu rostro, y tampoco tu forma, ni tu sonrisa. Y visité muchos sofás, y muchas clavículas, pero es que tu alcoba era la única que tenía respuestas, y tú me dijiste que podía coger las que quisiera. Y eso hice.
Y sólo recuerdo que más tarde no supe qué hacer con ellas, y te las quise devolver. “Son tuyas”, dijiste, como con miedo a tener que volver a hacerte cargo de ellas.

Y yo estaba allí buscándote, porque tú no eras tú, y yo no era yo, y parecía que sólo sabíamos existir en pasado. Y me preguntaba si tus respuestas eran reales o eran consuelo, y supe que nunca lo sabría.

2 comentarios:

  1. Joder.....
    sigo leyéndote porque me está gustando todo lo que veo por aquí

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, de verdad, siempre sube al ánimo que la gente se pase, comente, y además le guste lo que escribo.

    ResponderEliminar